viernes, 18 de octubre de 2013




LOS BEBÉS ROBADOS

Más de trescientos mil ninos fueron robados en Espana durante el franquismo y buena parte de la memocracia. Estos gravísimos hechos no sólo constituyen delitos contra las relaciones familiares     ( sustracción de menores, suposición de parto, alteración de paternidad, secuestro, tráfico de menores, falsificación documental, etc. ), sino que además constituyen por su amplitud y gravedad un delito de lesa humanidad. No creo que en la historia del mundo presuntamente civilizado haya existido un caso semejante, si es que Espana puede considerarse como tal después de la feroz dictadura franquista y los tiempos actuales que, como se está viendo, son más de lo mismo.






Este hecho lleva ya anos coleando sin que la justicia mueva un dedo a pesar de las escandalosas pruebas incriminatorias presentadas ante los jueces, que desestiman automática y sistemáticamente todas las denuncias. Ya en el ano 1981 un reportaje de la periodista María Antonia Iglesias y el fotógrafo Germán Gallego sacaba a la luz este escándalo soterrado del franquismo, uno más entre los muchos ocultos del aquél régimen " salvador ". En el reportaje aparecía la fotografía del cadáver de un bebé guardado en una cámara frigorífica utilizado por esta red criminal de médicos, monjas, damas caritativas, próceres del franquismo y demás " gente de orden " para enganar a las pobres madres haciéndoles creer que ese último beso de hielo se lo habían dado a su hijito. Esta burla cruel lo dice todo. 





En el ano 1981, con el franquismo supuestamente bien muerto después del tejerazo y una democracia que nos vendían como modélica y bien asentada, estos periodistas se extranaron de que jamás se abriera expediente alguno sobre hechos tan graves, que incluían fotos del cadáver de un bebé. Es más, esta red criminal tenía tal seguridad e impunidad que siguieron traficando con bebés hasta entrados los anos 90 que se sepa, aunque visto lo visto una ya no sabe qué pensar. Afirmaba ayer el fotógrafo Germán Gallego que fue introducido subrepticiamente por la noche por personal de la clínica para facilitarle fotografiar al bebé reclamo, pero que, extranamente, nunca fue llamado a declarar por la foto de este cadáver.






Estamos en el ano 2013 y, según testimonio de todas las víctimas e implicados de buena fe que declaran sobre este asunto, todo se está parando: las denuncias que se presentan son desestimadas por los jueces a pesar de que en muchos casos hay autoinculpaciones de personas que participaron en los hechos. Incluso en más de una ocasión la misma madre registró con semanas o pocos meses de diferencia hasta tres hijos distintos: la razón es que si se moría un bebé les entregaban otro, algo así como lo que hacen en las tiendas de animales con los perros que venden. Hay miles de testigos, documentos públicos y oficiales falseados, autopsias hechas con plantilla, recibos de dinero y un largo etcétera que los jueces ignoran. Casualmente, todos los hospitales y clínicas implicadas en estos hechos han sufrido inundaciones o incendios que destruyeron los documentos en su poder; en muchos otros ni tan siquiera dan explicación de tales desapariciones. Por último la oportuna y misteriosa muerte de sor María nos dejó a todos con un palmo de narices. Ni el Ministerio de Justicia, ni la Seguridad Social, ni ninguna institución involucrada en los hechos, pública o privada, dan razón alguna. Todos callados negando la mayor y más de trescientas mil personas en el limbo jurídico sin saber ni quienes son. 






En Francia se hizo un programa de televisión sobre este gran escándalo al que se invitó a la Embajada espanola que, por supuesto, se negó a ir. El presentador preguntaba incrédulo a alguna de las víctimas invitadas su opinión ante este abandono, éstas no sabían como expresar su vergüenza e indefensión. En Espana se hizo ayer un programa sobre este tema. Al final el presentador leyó un comunicado que proponía abrir un expediente para centralizar todas las quejas, nombres de afectados, etc. Cuando dijo que el comunicado era del Ministerio de Justicia la cara de susto de las víctimas y el clamor del NO fue unánime. Por decirlo de alguna manera, fue un flash instantáneo que reflejó en menos de un segundo a la justicia espanola y la confianza de la ciudadanía en ella. 






Es evidente que esa red estaba - y está - formada por gente que todavía tiene mucho poder, tanto como para pasarse las leyes por el arco de triunfo, con la complicidad de los sucesivos gobiernos. Luego vienen los de siempre afirmando con la boca llena que creen en la justicia y mirando con desdén a quienes la cuestionamos. Evidentemente, se trata de tontos útiles, de cómplices o de los propios autores. Espana sigue siendo el cortijo de unos senoritos. Así nos va.